Mujer inquieta, ya sabes que me encantan los cuentos esenciales. Son una manera creativa de conectar con nuestra esencia mediante metáforas para llegar a una comprensión y a una experiencia más profunda y verdadera.

Deseo que el cuento de hoy te inspire a escuchar lo que no se oye. Lee hasta el final porque voy a dejarte unas preguntas de reflexión y te voy a proponer algo que creo que puede interesarte. ¡Vamos a por el cuento!

Escuchar lo que no se oye

Un discípulo, antes de ser reconocido como tal por su maestro, fue enviado a la montaña para aprender a escuchar la naturaleza.

Al cabo de un tiempo, volvió para dar cuenta al maestro de lo que había percibido.

-he oído el piar de los pájaros, el aullido del perro, el ruido del trueno….

-No, le dijo el maestro, vuelve otra vez a la montaña. Aún no estás preparado…

Por segunda vez dio cuenta al maestro de lo que había percibido.

-he oído el rumor de las hojas al ser mecidas por el viento, el cantar del agua en el río, el lamento de una cría sola en el nido….

-No, le dijo de nuevo al maestro, aún no. Vuelve de nuevo a la naturaleza y escúchala.

Por fin, un día….

-He oído el bullir de la vida que irradiaba del sol, el quejido de las hojas al ser holladas, el latido de la savia que ascendía por el tallo, el temblor de los pétalos al abrirse acariciados por la luz….

-Ahora sí. Ven, porque has escuchado lo que no se oye.

Preguntas de reflexión:

Si quieres escuchar los sentimientos y las emociones de tus seres queridos, empieza por escuchar la profundidad de la naturaleza.

 

¡Seguimos en este bonito camino de autoconocimiento, valiente!

Con amor y brillo

Gemma 

PD: Déjame tu comentario aquí abajo. Me encantará leerte.

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