
El silencio se apoderó de aquel instante. Mi mundo se paró, tragué saliva, cerré los ojos, respiré… y escuché el mensaje que mi corazón me estaba dando, un mensaje en forma de dolor e impotencia. Un mensaje tan injusto como real, tan cierto, tan triste.
Pensar en Myriam es pensar en una sincera sonrisa, en unos ojos rebosantes de amor, en un corazón positivo, en una joven y preciosa guerrera llena de vida a la que hace 3 años y medio tuve el placer de conocer profundamente.
Myriam se inscribió junto a sus dos amigas Mónica y Sigry al primer taller que impartí de Tus 8 Espacios. Era sábado, día 1 de noviembre de 2014. Yo todavía me estaba formando como coach, ellas confiaron en mí plenamente y vinieron con muchísimas ganas a descubrir, aprender, compartir, crecer y disfrutar.
Ya entonces, Myriam me explicó que su corazón estaba enfermito y vi en su mirada una valentía, fortaleza y ganas de superación propias de una guerrera con una esencia pura y llena de amor.
Ahora mismo, y sin darme cuenta, vuelvo mentalmente al jueves pasado y pienso en la llamada de Mónica, en su tono de voz y en su bajo estado emocional y pienso también en todas las personas que tuvieron la gran fortuna de compartir momentos con Myriam, en sus amistades mas íntimas y en su marido, sus padres, sus hermanos y toda su gran familia que desde la frustración de la distancia han tenido que vivir este inmenso dolor.
Y desde aquí acepto el dolor del ser humano, acepto la muerte, respiro y me uno a todos ellos. En la distancia les admiro y les envío todo mi amor.
Y Myriam vuelve a mi mente y a mi corazón. Y recuerdo y siento y me emociono y lloro y sonrío y acepto y comparto contigo estas profundas, bonitas e inspiradoras líneas que Mónica, mujer increíble y gran amiga de Myriam me ha enviado esta mañana:

“Hace pocos días que te fuiste y aún no puedo creerlo. Es muy difícil encontrar las palabras cuando se pierde a una persona tan especial como vos.
Sé que has dejado huella por donde has pasado y en los corazones de todos los que hemos podido compartir con vos parte de tu historia.
Algunos más, otros menos, pero sin duda nos has enseñado a todos lo que es amar la vida, ser agradecido, tener valentía aún en los momentos más difíciles, el amor hacia la familia y amigos que para vos siempre han sido lo más importante.
Disfrutar de las pequeñas cosas…
Nos has dado tanto que ahora nos es muy difícil pensar que ya no estarás para compartir esos mates y cafecitos que eran la excusa para tener esas charlas profundas del corazón.
Ya nada será lo mismo sin vos Amiga, pero debo pensar que ahora has dejado de sufrir y estás en paz.
Sé que donde estés, encontrarás todas esas respuestas que buscabas sin descanso y sé que aunque ya no te vea, no te escuche y no pueda darte esos abrazos interminables, estaremos juntas de otra forma. Hasta siempre mi chica creativa.”
Mónica Acri.
Gracias Mónica por compartir tanto, por tu enorme humanidad, por tenerme en cuenta, por tu amistad, por ser tan maravillosa.
Pienso que cada uno de nosotros empezamos a entender la muerte cuando la vivimos de cerca. Cada ser querido que fallece, es un maestro que nos enseña el camino hacia nuestra propia muerte.
Y así, poco a poco, vamos aceptando las despedidas. Y así, poco a poco, nos vamos liberando. Y así, poco a poco, vamos aceptando que la vida es AHORA y que todos, absolutamente todos, vamos hacia la misma dirección.
Gracias maestra, gracias guerrera eterna. Has sido, eres y serás un ejemplo. Te quiero.
Con amor,
Gemma.
Sólo quiero decir q esa sonrisa era realmente inmensa y q llenaba a todos a su alrededor
Samanara, mil gracias por tus palabras! Así es…una sonrisa inmensa que nos contagió de amor ❤️