"Empezaré dando las gracias a todas las mujeres auténticas, valientes y esenciales con las que he podido compartir, sentir y expresar mis emociones. Con ellas, he podido, y sigo pudiendo empatizar, aportándome su esencia y haciéndome ver mi ser más profundo. Identificar, sentir y poder dar nombre a nuestras emociones es la clave para vivir el día a día de este confinamiento. Vivir el presente (para, respira y siente tus emociones), no nos tenemos que ofuscar en el pasado, este crea angustia, incertidumbre; no pensar en el futuro, este nos crea depresión. Tenemos que vivir el ahora, el presente, el YA. El PRESENTE es lo único que tenemos, es lo único que depende de nosotras, que nos pertenece (nuestras emociones = yo). Lo demás como no depende de nosotras, no vale la pena preocuparse. Hay cosas que no me gustan de mí, y lo digo bien alto, pero lo acepto, y si soy consciente de ello, puedo identificar mi emoción, ponerle nombre y mirar de que no me haga daño. Tener mi amor propio, porque para querer a los demás primero me tengo que querer a mí misma, con mis defectos y con mis cualidades (no es ni malo, ni bueno, simplemente soy YO). Este YO, que acepto desde el corazón, y no desde la razón “Mirar con los ojos del corazón” Borja Vilaseca. Este amor propio me hace vivir el día a día con confianza hacía la vida. Claro que tengo días con bajones, es normal, somos humanos. Lo importante es que estas emociones negativas (señorita resistencia) no se instauren por mucho tiempo y entren en un bucle haciéndonos desconfiar de nosotras mismas. Gemma te doy las gracias por haberte cruzado y poder compartir estos momentos contigo."