La mujer estrella de este mes llegó a mí con unas ganas tremendas de conocerse a sí misma y de aprender a gestionar su gran universo interior.

Al terminar nuestro proceso de coaching y mentoring juntas me regaló el cuento que hoy comparto contigo.

Marga es una mujer excepcional, sabia, inteligente, amorosa, comprometida y cargada de humildad.

¡Qué bonita es esta cualidad!

La humildad nos abre las puertas al aprendizaje, a la apertura mental, a lo nuevo y a lo ilimitado. Y nos ayuda a dejar a un lado una inútil arrogancia que no hace más que despertar a nuestra Srta. Resistencia.

Te recuerdo que nuestra Srta. Resistencia es una metáfora de un estado mental limitante, una protección que empezamos a crear en nuestra infancia y que puede aparecer en nuestra mente con diferentes máscaras: la jueza, la víctima, la saboteadora, la arrogante, la insegura… Si quieres saber más sobre tu Srta. Resistencia haz clic aquí.

Marga y yo viajamos juntas durante 4 meses disfrutando de explorar, reconocer y admirar cada uno de los recorridos y paradas que encontramos en su apasionante aventura interior. Me encantan las mujeres como ella, ¡qué fácil es acompañarlas!

Mirar hacia nuestro interior requiere valentía y coraje, además de una gran dosis de querer amarse a una misma.

No podemos amar aquello que no valoramos, ni valorar aquello que no aceptamos. No podemos aceptar aquello que no reconocemos, ni reconocer aquello que no vemos. No podemos ver aquello que no estamos dispuestas a observar y a comprender. Conocerse es amarse.

«Cuando conocí a Gemma por mediación de mis hijas yo estaba en un momento difícil con relación a mis sentimientos, no sabía dónde ir, y como salir de aquel pozo.

Cuando empezó la primera sesión con ella ya me di cuenta de que había una sensación, que algo había cambiado en mí, en aquel momento no podía explicar que era. Salí con una sensación de bienestar. Mis pensamientos eran más positivos.

A lo largo de las sesiones las cosas iban mejorando un montón, ella me dio herramientas para dirigir mis sentimientos, en una palabra, mi vida. Ahora que ya hemos acabado el proceso y tengo la suficiente confianza en que todo va a seguir bien, que voy a ser capaz de enfrentar todos los obstáculos que me ponga la vida, tengo una nueva visión mucho más positiva, pero lo más importante es que Gemma me enseñó a mirar hacia mi interior, que es lo más sabio que pueda tener una persona, el conocerse a sí mismo, sus valores son importantísimos para apreciar todo lo que nos rodea, sea bueno o menos bueno, siempre hay que buscar las cosas positivas que nos ofrece la vida.

Quiero darte las gracias Gemma por hacer que conociera a mi nueva yo»

Margarita Salamanca 

Ahora para, respira, cierra los ojos y siente…. conecta con tu niña interior y disfruta del bonito cuento que nos regala la mujer estrella de hoy, un cuento que refleja su gran humanidad y su infinito amor interior.

 

EL VIEJO PERRITO

Erase una vez un país llamado Esperanza en el que vivía un perrito viejo lleno de pulgas.

Nadie quería tocarlo ni abrazarlo, siempre estaba solo a pesar de que era muy cariñoso y tenía mucho amor que dar.

Todo el mundo lo rechazaba, el pobre perrito siempre estaba triste y muerto de frío.

Él pensaba: -Qué pena, nadie me quiere. ¿Qué he hecho de malo para que sea así?

Pasaban los días y todos eran iguales; el perrito ya había perdido la esperanza de encontrar a alguien que lo recogiera, lo lavara y lo peinara, cuando de repente se produjo el milagro.

Llegó una familia al pueblo. Había una chiquilla que no le importó acariciarle a pesar de que estuviera viejo, sucio y lleno de pulgas.

Lo cogió entre sus brazos y se lo llevó a casa; lo bañó, lo peinó y le puso un lazo alrededor del cuello.

El perrito al ver aquello se puso muy contento, cantando de un lado a otro y lamiendo la cara de su nueva amiga.

Le agradecía que ella no se hubiera fijado en el aspecto exterior, sino que supo ver más allá de eso.

Vio su interior, era un perrito cariñoso y bueno, al que solo le faltaba alguien que lo quisiera, como así sucedió con la pequeña.

El perrito se quedó a vivir con la familia hasta el final de sus días.

Moraleja: De este cuento hay que aprender dos cosas, que la esperanza no hay que perderla nunca, y que siempre habrá gente buena que sabrá mirar más allá de nuestro exterior.

 Gracias Marga por este cuento, por tu humanidad y por tu compromiso, eres una mujer estrella que alumbra de forma natural. Te admiro.

Con amor 

Gemma

PD. ¿Tienes una historia que merece ser contada? ¿Sientes que tu experiencia de vida puede ser útil a otras mujeres? ¿Quieres utilizar tu pasado doloroso, darle forma e inspirar a otras mujeres? si tu respuesta es sí, escríbeme ahora a mail@gemmapanades.com ¡Te espero!

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