Mujer inquieta, ¿qué significa para ti juzgar?
Para mí significa vivir desde el miedo y la inconsciencia, desde la desconfianza y la comparación, desde la separación y el ego.
Los juicios nos llevan a estados bajos de energía y de conciencia, nos separan y nos aíslan de los demás. Juzgar significa resistirnos al amor que somos en esencia.
Es importante cuestionarnos todos nuestros pensamientos para poder clasificarlos en útiles o inútiles, poderosos o limitantes, positivos o negativos.
Cuestionarte cada pensamiento significa conocerte más a ti misma y no creerte todo lo que piensas. Es tener la humildad y la curiosidad de preguntarte:
¿Este pensamiento me es útil o inútil?
¿Viene desde el miedo o desde el amor?
¿Me empodera o me limita?
¿Es positivo o negativo?
¿Me acerca a los demás o me aleja de los demás?
Tus juicios vienen de la mente inconsciente y desconectada de la esencia, vivir desde esa desconexión puede sumergirte en un bucle que te lleve a la perturbación mental y es fácil que acabe convirtiéndose en una adición muy dañina y tóxica.
Cada juicio hacia nosotras mismas o hacia los demás es como una gota de veneno inyectada en nuestro interior.
Observa a tu alrededor, ¿qué personas de tu entorno sientes que son adictas a los juicios?
Cuando una persona vive desde esa adicción salta a la vista; critica, compara, se enfada, siente ira, rabia, culpabiliza, está de mal humor y vive en guerra.
Cuando una persona vive desde su esencia irradia buen rollo, alegría, amor, comprensión, empatía, compasión, se acerca a los demás y vive en paz.