La mayoría de personas inquietas que llegan a mí tienen un mismo objetivo: Ser felices. Es algo que absolutamente todos ansiamos y que queremos alcanzar.
¿Piensas que la felicidad es algo que podamos buscar, localizar, encontrar, atrapar, comprar, adquirir, poseer…?
Para mí la felicidad es un estado de plenitud y conciencia superior que no tiene nada que ver con nuestro entorno ni con nuestras circunstancias.
La auténtica felicidad no está ahí fuera, está en nuestro interior. No es un estado de ánimo, es una decisión consciente. No se busca, se crea.
Según Mihaly Csukszentmihalyi, la felicidad es una condición vital que cada persona debe preparar, cultivar y defender individualmente. Las personas que saben controlar su experiencia interna son capaces de determinar la calidad de sus vidas, eso es lo más cerca que podemos estar de ser felices.
Por cierto, su libro FLUIR (FLOW). Una psicología de la felicidad, es un best-seller mundial que te recomiendo sí o sí.
El libro profundiza en los “estados de experiencia óptima”, esos momentos en los que uno se siente poseído por un profundo sentimiento de gozo creativo. El autor explica que el meollo de la “experiencia óptima” es un estado de conciencia al que denomina flow, ”fluir”.
La felicidad es una condición vital que cada persona debe preparar, cultivar y defender individualmente
En mi vida personal y en mi profesión he conocido a personas que gozan de un maravilloso hogar, una familia estupenda, el trabajo soñado o abundancia económica, y también a personas que están atravesando diferentes adversidades como por ejemplo, una difícil enfermedad, que han perdido a un ser querido o que se han quedado sin trabajo.
Algunas de estas personas sonríen, son resilientes, proactivas y se sienten plenas y felices y, sin embargo, otras son reactivas, se sienten vacías y no son felices. Independientemente de cuáles sean sus circunstancias.
¿Qué crees que diferencia a las personas más felices de las menos?
Mihaly Csukszentmihalyi, en su libro, también describe las maneras con que las personas consiguen disfrutar de la vida a pesar de la adversidad y analiza qué actividades de “flujo” nos pueden acercar a ese estado de conciencia.
Está en nuestra mano descubrir qué es eso que nos sirve de catalizador para conectar con nuestra esencia y entrar en ese estado de flujo. Y es que la llave de nuestra felicidad está en nuestro interior, nos pertenece y no podemos entregársela a nadie ni a nada, solo nosotros tenemos acceso a ella.
Entregar esta llave es entregar nuestra vida. Entregar nuestra vida es dejar de responsabilizarnos de nosotros mismos.
Es un gravísimo error responsabilizar a los demás y a las circunstancias de nuestra propia felicidad, es muy duro pretender que las personas que nos rodean carguen con un peso que no les corresponde, el de “nuestra propia felicidad”.
A modo personal quiero decirte que, desde niña, siempre he vivido muy conectada con mi felicidad. Crecer con una madre esquizofrénica que a veces me daba todo el amor del mundo y otras veces me hería con su ignorancia o agresividad hizo que madurara muy deprisa, aprendí a conectar con mi interior para sonreír siempre, para gestionar mis emociones y buscar el camino hacia mi propia felicidad.
Es un grave error responsabilizar a los demás y a las circunstancias de nuestra propia felicidad