Mi casita mágica

Son las 18:09 de la tarde, 9 de enero. En Palma de Mallorca ya está anocheciendo y se respira un aire  muy fresquito. Yo estoy relajada con una manta en mis piernas, junto a Chico, un dulce perrito y Om, un gato de lo más travieso, me siento genial, a punto de escribirte y rodeada de mis bonitas plantas.

Quiero compartir contigo la sensación que tengo ahora mismo, es una sensación de satisfacción y de alegría por haber vuelto a mi deseada rutina después de tantos días de fiestas.

Mis hijos ya han regresado muy felices a Barcelona a continuar con su vida, ¡también están genial!, y yo he recuperado mi independencia y mi espacio para estar conmigo misma, algo que me encanta y que me produce una gran felicidad interior.

Y desde esta sensación de independencia y felicidad interior voy a hablarte de las dos sesiones de Coaching que he realizado hoy.

Dos sesiones con mucho en común y a la vez tremendamente distintas.

Y es que hay algo en común en todas las sesiones que realizo, no importa si es la primera o la última, hay algo que todas, absolutamente todas las mujeres se llevan puesto: El color de su esencia.

Y es que esta mañana, una de las sesiones que he hecho ha sido el inicio de un proceso de coaching y la otra el final.

La primera sesión ha sido el punto de partida de un largo y profundo viaje interior y la segunda ha sido la última parada de nuestro viaje juntas.

Súper intensas y emotivas las dos sesiones. Súper entregadas y comprometidas las dos mujeres.

Una se ha despedido de nuestras aventuras juntas desde su color rojo intenso, un color que le ha conectado con su propósito de vida, con sus valores, con su brillo, su sabiduría, su amor y su paz interior. Esta mujer se ha llevado el mejor tesoro posible: la conexión con ella misma para seguir en esta aventura llamada VIDA.

Y la otra mujer inquieta ha empezado a preparar su maleta desde el rosa chicle que siente en su corazón en forma de ganas, ilusión, curiosidad y una gran fortaleza para bucear en su interior, dejar atrás, avanzar y reírle a la vida. Sabe que es su momento. Ahora le toca a ella viajar y disfrutar de la VIDA a su manera.

Estas dos mujeres valientes me han inspirado hoy a conectar con mi esencia y a escribir este post, quizás también te hayan inspirado a ti.

Y ahora me apetece preguntarte:

¿Qué color sientes en tu interior ahora?

¿Qué te inspira este color?

¿Crees que estás en el lugar de la mujer que inicia el viaje interior o en el de la que ha descubierto su tesoro?

¿En qué momento de tu vida te sientes tú?

Estés dónde estés es perfecto porque es el lugar en el que necesitas estar para tu propio aprendizaje y crecimiento interior y sobre todo, porque es el lugar real en el que estás ahora.

Y desde la aceptación de la realidad del momento presente es desde dónde podemos decidir libremente qué empezar a hacer, qué continuar haciendo o qué dejar de hacer.

La vida es una elección constante, ¿no crees?

Acepta siempre tu realidad para conectar con tu color esencial y la libertad interior de decidir.

Con amor,

Gemma

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